La divulgadora del programa CosmoLAB lleva la física de la vida cotidiana al plan de actividades paralelas del ETB 2024 en la costa de Los Realejos
La doctora en Física, divulgadora, investigadora y docente Irene Puerto Giménez imparte el sábado 28 de septiembre, en la playa de El Socorro de Los Realejos, la charla-taller Mareas, «súper-mareas» y su conexión con los cielos. Con esta actividad de enfoque astronómico, que se celebra de 11:00 a 12:00, la científica se propone abordar un factor clave de la vida cotidiana en la costa con los datos y enfoques que aporta la Física.
En su intervención, Irene Puerto ofrece al público la oportunidad de conocer la conexión entre los cielos y el mar, entender las mareas y abordar los tamaños relativos del Sol, la Luna y la Tierra, una información apreciada por bañistas y excursionistas y, especialmente, por quienes recorren las costas en busca de olas sobre las que cabalgar.
La charla forma parte del programa de actividades paralelas que acompañan la celebración de la prueba del European Tour of BodyBoard (ETB) 2024 en la playa de El Socorro, que se celebra del 26 al 29 de septiembre. Asimismo, es una de las acciones del
CosmoLAB, el proyecto de la Unidad de Comunicación y Cultura Científica (UC3) del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), financiado por el Cabildo de Tenerife y con la colaboración del Museo de la Ciencia y el Cosmos, de Museos Tenerife y la Consejería de Educación, Universidades, Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias.
Experta en Astrofísica y Física Cuántica, Irene Puerto se sintió sorprendida durante un pateo por Anaga, cuando el guía le contó la historia de una señora mayor de 80 años que, desde las montañas, sin mirar el mar, sabía cómo estaba la marea al contemplar la Luna. “Me dije ¿y por qué yo no sé estas cosas? En las carreras suele pasar que sabes muchísimo de problemas súper complicados y después las cosas más conectadas con la vida cotidiana no las vemos”. Unió sus conocimientos de Física con los de surfera y eso es lo que va a comentar al público en su actividad.
Además, si las condiciones meteorológicas lo permiten, se usará un telescopio solar para observar la estrella de nuestro sistema. “Este año y el año que viene estamos en un momento de máxima actividad del Sol, dentro de un ciclo solar de máxima actividad cada 11 años; es un periodo con más fulguraciones, más manchas solares y más erupciones solares, explosiones que en ocasiones lanzan a la Tierra un montón de partículas cargadas eléctricamente, el plasma, causantes de las tormentas geomagnéticas y las auroras boreales, entre otras cosas”.
La científica abordará también el papel del Sol en el estado del mar: “nuestras mareas son debidas en parte al Sol y en parte a la Luna; la diferencia entre las mareas vivas y las mareas muertas se explica por las posiciones relativas de Sol, Tierra y Luna, por la fuerza de la gravedad entre estos tres cuerpos celestes”, explica.
Presentar a Irene Puerto como doctora en Física parece insuficiente cuando se conocen algunos detalles de su currículum científico. En Tenerife se especializó en dos ramas de la Física: Astrofísica y Física Cuántica; su tesis doctoral, que realizó conjuntamente con el IAC y el Instituto Nacional de Investigación de Canadá, también se desglosó en dos partes, una relacionada con fundamentos de mecánica cuántica relativos a problemas sobre medidas y otra, de tintes futuristas, sobre teletransporte en átomos artificiales. El instituto canadiense había construido la primera molécula artificial de tres átomos y su investigación buscó protocolos para teletransportar electrones dentro de esas moléculas.
La participación de Irene Puerto en el programa en off del ETB 2024 El Socorro no es casual ni tiene solo una motivación exclusiva de divulgación científica, porque ella, antes que ser experta en Física, ya era una deportista de las olas. Comenzó con 14 años, a escondidas de sus padres, a los que su afición les parecía peligrosa. Su gusto por el deporte en el mar la ha llevado a recorrer playas en distintas partes del mundo.
Se instaló durante unos años en Brasil; la dificultad para acceder a las olas en la concurrida playa de Ipanema, en Río de Janeiro, la llevó a competir por primera vez, porque en la competición hay mejores condiciones para acercarse a las olas. Allí también aprendió nuevas formas de surfear, porque “allí, los fondos, las corrientes, todo es distinto”. Para ella, surfear en una playa de arena fue una novedad. “Estaba acostumbrada a surfear en lo que se llaman los point break” en costa rocosa, como la de Punta del Hidalgo, donde reside actualmente.
“Las olas que rompen en fondos duros lo hacen prácticamente siempre en el mismo lugar, mientras que en playas de arena hay olas que rompen en cualquier lado. Hay que tener una visión mucho mejor del mar para llegar a coger la ola, tienes que conocer más el mar. En Brasil aprendí mucho a leer el mar”, dice con una visión basada en su experiencia y que es aplicable a las características de la playa de El Socorro.