El reto de estar a solas en el agua se abre paso como una práctica deportiva que lleva a las mujeres a la competición, más allá del ‘marketing’
En el bodyboard las mujeres viven actualmente un momento floreciente, en el que “estamos competiendo, mejorando nuestro nivel y superando cualquier límite”, asegura la Subcampeona del Mundo de Bodyboard en 2023, la tinerfeña Teresa Miranda. “Cada vez somos más mujeres –dice mientras destaca la participación y el papel jugado por Nadia Erostarbe y Janire González-Etxabarri en la cita olímpica de este verano, como pioneras en el primer equipo español de surf que compite en unos Juegos Olímpicos–. Ahora mismo hay una generación de mujeres impresionantes. Cuando vemos a mujeres junior bajando olas gigantes de Teahupo’o, en Tahití, es súper inspirador”, afirma la deportista al preguntarle por la situación de las mujeres en los deportes de las olas.
En el bodyboard Miranda destaca “una nutrida cantera de chicas portuguesas que están pisando fuerte, también hawaianas; en Gran Canaria mismo, contamos con Mar Suanzes, que está surfeando muy bien”. Son mujeres “centradas en mejorar y en obtener resultados en una competición”, subraya.
El avance de las mujeres en esta práctica deportiva no está exento de dificultades. “Para mí ha sido un reto constante”, asegura la también tinerfeña Lara Ascanio. Al ser menos las mujeres que practican el deporte, en comparación con los hombres y, al margen de la camaradería que surge entre deportistas más allá del género, lo cierto es que “cuando una quiere mejorar, te comparas siempre con los chicos. En parte es medio frustrante, porque, biológica o fisiológicamente, no somos exactamente iguales, solemos tener algo menos de fuerza y a veces somos más prudentes; por otro lado, esa comparación es una ventaja, porque es obvio que mejoras, pero ha sido difícil; considero que siempre ha sido un reto el estar a solas en el agua”.
Miranda y Ascanio son dos de las deportistas canarias que tienen previsto participar en la prueba del European Tour of BodyBoard (ETB) 2024 que se celebra en la playa de El Socorro, en Tenerife, del 26 al 29 de septiembre, organizada por la Federación Canaria de Surf. Se trata de un evento oficial y puntuable para el ETB, además de la Liga 100% Bodyboard –de la Federación Española de Surfing– y el Circuito Canario de Bodyboard, de la citada federación canaria.
La práctica deportiva en el mar no es ajena a los condicionantes sociales que hay en tierra. Así lo ha vivido Ascanio: “en algunos baños, solo por el hecho de ser chica, me he encontrado con chicos que piensan que no vas a llegar a la ola, que no vas a estar a la altura, y se saltan los turnos para cogerla. Algunas personas dan por hecho que no tienes la suficiente fuerza para llegar a la ola y, obviamente, no es así. Entonces sientes como que hay que luchar por el espacio, que hay que hacerse el hueco y constantemente hay que demostrar que puedes y que vales, para que te respeten un poco”.
En las competiciones, en algunas citas competitivas, cuando se establece un prize money, una cantidad económica para los premios, distribuida por categorías, a veces se cuestiona el reparto de estos fondos entre hombres y mujeres, porque algunos hombres no están de acuerdo con que las cantidades sean iguales, cuando las mujeres compiten en grupos más pequeños, al ser menor su presencia en este deporte. Lara Ascanio detalla argumentos que ha empleado en estos casos ante competidores masculinos: “Cuando yo estoy compitiendo en las mismas condiciones que tú no es mi culpa que no haya tanta cantidad de mujeres”, recuerda. “Es un tema para no dormir”, sentencia. El caso que expone parece un pez que se muerde la cola, porque la distribución de fondos en metálico es lo que garantiza la participación de deportistas en otras pruebas competitivas, porque ayuda a financiar los costes que implica la participación.
Aún es muy familiar encontrarse con una saturación de mujeres en las imágenes asociadas a los deportes de las olas, proporcionalmente mayor que la que se da en la práctica deportiva y la competición, pero las cosas están cambiando. “Nos hemos ido alejando de lo que es puramente la imagen. Hubo una época en que la presencia de la mujer en el surf iba asociada a propuestas de marketing, aunque las redes sociales siguen influenciando”, apunta Miranda. La deportista destaca que, en estos momentos, “el marketing ha ido cediendo paso a la práctica deportiva en sí”.
Al pensar en la creciente participación de las mujeres en estos deportes, Miranda recuerda a la generación de las pioneras del bodyboard en Canarias, que no despuntaron tanto como deportistas en competición, “gente muy motivada que quizás no salía fuera de las islas a los campeonatos, pero que vivía el deporte de una manera muy apasionada; prácticamente era un estilo de vida para ellas”.